El “estilo Ghibli” y la tendencia de imágenes generadas por IA: ¿Qué pasa con el trabajo del artista?


Durante estos días, hemos sido testigos acerca de cómo las redes sociales eran invadidas por millones de usuarios que, a través de un simple clic en plataformas de IA, convertían sus fotos favoritas en imágenes con diferentes estilos artísticos. De éstas, las que más se usaron, replicaron e inundaron los espacios digitales fueron las que emulaban el estilo de animación del estudio de animación japonés Ghibli, cofundado por Hayao Miyasaki, ferviente defensor del método tradicional de animación. De golpe, cualquier usuario puede tomar un fotograma de una película o una imagen personal y pedirle a Chatgpt que la versione simulando «El Viaje de Chihiro». 

Como parte de la comunidad educativa de la Facultad de Artes, entonces, nos parece importante reflexionar al respecto acerca de las diferentes aristas del impacto de la IA en el trabajo artístico.

En ese sentido, hemos podido conversar con dos docentes de la Facultad, quiénes nos han permitido realizar un primer acercamiento al tema.

La primera inquietud que quisimos acercarles fue que siendo Hayao Miyazaki un defensor de métodos tradicionales de animación,  qué opinaban en relación al uso masivo de IA para recrear imágenes con su estilo de dibujo.

En este sentido, Alejandro González, indica que “Miyazaki no es un defensor de métodos tradicionales en animación, Miyazaki en el año 2016 observó un prototipo de una animación hecha con IA y la defenestró, con mucha razón, porque planteó que eso que le mostraron era algo que se alejaba muchísimo del dolor, de lo humano o de montón de cosas que, para la obra de Miyazaki, son significativos.

El estilo de Miyazaki no es la obra de Miyazaki, no es solo eso.  Creo que el estilo Miyazaki existe y que todo el mundo lo puede usar a partir de la IA, ahora, para expresarse y eso no lo veo ni malo ni bueno, es tan solo gente expresándose.” 

 

Ante la misma pregunta, Agustín Berti** analiza que: “Más allá del caso puntual de la obra de Miyazaki, este tipo de imágenes generativas inspiradas en un estilo particular, son un ejemplo más de lo que se conoce como escarapeo de datos: lo que hacen es copiar un estilo en una obra y en ese sentido replican un patrón. No es muy distinto de otros casos, al margen de que Miyasaki siempre ha defendido la animación tradicional frente a la animación utilizando elementos con computadora (aunque en algunas películas usas sí ha utilizado algún tipo de animación digital).

En ese sentido, lo que me parece es que es un caso más de apropiación, que no está enmarcada en la legislación que protege el derecho de autor sólo porque la legislación va atrás de la tecnología. Pero también, hay que discutir ciertas nociones de propiedad intelectual en el contexto actual que no se están discutiendo y nos aferramos a lógicas previas.”

Esta inquietud, entonces, nos lleva a pensar también acerca de la llamada “tesis del reemplazo”, es decir, el riesgo del trabajo de “les artistas”. Ante esto, Agustín Berti no cree que “haya un reemplazo, porque estas tecnologías lo que tienen es una capacidad de imitación pero no de generación, de novedad. Con lo que yo vengo viendo, lo que sucede es que se agotan rápidamente estos impulsos en ciclos vez más cortos y producen una novedad sólo en apariencia. Se genera una tendencia en el ámbito virtual pero no se generan obras que tengan un largo impacto en la cultura, las que siguen apareciendo aunque son más difíciles de encontrar entre tanto ruido informacional. “me parece que  lo que estamos viendo en las redes es lo mismo que cuando surge un filtro en Instagram o surge una tendencia, o una moda y todo el mundo lo hace y lo replica.  (…). Ahora es cierto que esto abre un gran debate o continúa un debate que empezó hace rato. En mi opinión, la gente que está usando esto lo usa como una herramienta para expresarse y creo que el problema no es la gente ni tampoco el software, sino que los que estamos en el campo del arte (nos vemos afectados porque) le quita valor a parte de lo que un artista realiza, a lo que hacemos. Al hacerlo una máquina le quita valor”. Profundizando, el profesor Alejandro González explica que recuerda con esto los debates que se dieron con el comienzo de la fotografía “y el rol que iba a tener, primero no considerando a la fotografía como arte ni nada por el estilo. El gran rechazo de la fotografía por parte de los artistas en un primer momento.” “Creo que esto no hace a la gente artista, me parece que el artista está en otro lugar. De hecho hay artistas que tienen una gran trayectoria y reconocimiento como artistas y que desarrollan obras con inteligencia artificial en todas las ramas del arte.Por un lado a mí, particularmente, ver las imágenes no me moviliza demasiado, no me indigna, me divierte. Creo que todos los que han hecho las imágenes y las han puesto en redes sociales, (no el tipo que usa la IA para ilustrar con un dibujo de un leoncito  un artículo del diario ni tampoco el político que lo hace). Pero sí la gente que pone una foto suya,  la sube, la modifica para ponerla en una red social…Y tan sólo está queriendo decir, acá estoy en esto, en esta moda, me divierto un rato.”

Referencias

*Alejandro González

Alejandro González es animador, profesor de animación (UNC, UNVM) y fotografía (UPC) y artista investigador. Organizador y Director Artístico del Festival Internacional de Animación de Córdoba – ANIMA, desde el año 2001 a la actualidad. Coordinador del Centro Experimental de Animación “Paula Asís Ferri” (UNC) y de la Maestría en Dirección y Producción de Animación y Videojuegos (UNC – UNA). Ha participado como realizador, jurado y expositor en numerosos festivales de animación de América, Europa y Asia. Su producción teórica se focaliza en los aspectos históricos, poéticos y estilísticos de la animación argentina y latinoamericana.

 

** Agustín Berti

Agustín Berti (Oslo, 1978) es Doctor en Letras de la Universidad Nacional de Córdoba. Investiga los cambios ocurridos por la digitalización en la literatura, el cine y las artes audiovisuales. Es autor de «From Digital to Analog: Agrippa and other Hybrids at the Origins of Digital Culture» (Peter Lang, New York, 2015), «Nanofundios. Crítica de la cultura algorítmica» (UNC/La Cebra, Córdoba/Adrogué, 2022), co-autor de «La Biblioteca Roja. Brevísima Relación de la Destrucción de los Libros» (Document/A Escénicas, Córdoba, 2017), y coordinador del «Glosario de Filosofía de la técnica» (La Cebra, Adrogué, 2022). Es investigador adjunto del CONICET, director alterno de la Maestría en Técnica, Políticas y Culturas de la Universidad Nacional de Córdoba y profesor titular por concurso de “Teoría Audiovisual” en el Departamento de Cine y TV de la Facultad de Artes de la misma casa de altos estudios. Es  miembro de Dédalus, grupo de investigación sobre la técnica, cultura y política.